Gregorio Gómez López. Director Gerente de Oleotoledo

La excelente combinación de precios, consumo y exportaciones explican el óptimo momento que atraviesa el sector del aceite de oliva en Castilla-La Mancha.

El sector del aceite de oliva en Castilla-La Mancha vive un momento muy bueno, con precios aceptables que dan seguridad a los agricultores y satisfacen a los consumidores, explotaciones cada vez más numerosas y de mayor calidad, más empleo y exportaciones mejores que en años anteriores y aumentando sin parar, sobre todo en Estados Unidos.

Las recientes lluvias son muy bien recibidas por los olivos, cuyos aportes hídricos ayudan a aumentar la producción y a mejorar la calidad del fruto. A ello se unen las buenas perspectivas de futuro, debido en parte a que el consumo internacional aumenta en países como Estados Unidos, Japón, China, Francia e Italia.

Todos estos factores hacen que el sector se sienta este año “en una nube”. El incremento de las exportaciones y del consumo en el hogar se debe a que el mercado del aceite de oliva vive una situación muy dinámica, a lo que ayuda la excelente promoción que se está haciendo del consumo de este producto. Es un ingrediente indispensable de la dieta mediterránea y de cualquier plato saludable: el consumidor lo sabe y por eso compra más este alimento de calidad.

Castilla-La Mancha concentra la sexta parte de la superficie nacional de olivar. Somos la segunda región productora de aceite de oliva de España. El protagonismo de nuestro sector dentro de la economía regional es crucial.

En el año 2003, 27 cooperativas de Castilla-La Mancha nos asociamos creando la marca Oleotoledo, cuya función principal era la comercialización y una mejor negociación del precio de nuestro aceite de oliva. Hoy somos 40 cooperativas de Toledo, Ciudad Real, Albacete y Cuenca, 30.000 socios y una facturación media de 75 millones de euros anuales.

Juntos hemos creado un grupo empresarial cooperativo que no ha dejado de crecer en socios, volumen de negocio y acceso a nuevos mercados, siendo el segundo grupo de comercialización de aceite de oliva más grande de España. Oleotoledo comercializa su aceite de oliva bajo las marcas “Oleotoledo” y “Carpetania”.

Gracias a nuestro esfuerzo conjunto, hemos conseguido ser la primera Entidad Asociativa Prioritaria de Interés Regional (EAPIR) de Castilla-La Mancha. Se trata de una figura administrativa impulsada por la Consejería de Agricultura para fomentar la integración de las cooperativas y ganar en dimensión y competitividad. Ser EAPIR es muy beneficioso, tanto para las cooperativas que forman el grupo Oleotoledo a la hora de emprender nuevas inversiones como para los agricultores a título individual, que podrán acceder mejor a las ayudas FOCAL y a otro tipo de ayudas en las que tendrán prioridad.

Este paso supone reafirmar que tenemos que unirnos, que el camino es hacernos más grandes, unificarse para llegar a los mercados. Creando agrupaciones de cooperativas que se transformen en cooperativas de segundo grado o en grupos de comercialización como el nuestro, que es lo que el Gobierno regional ve interesante para que un sector comience a ir bien. Cuando una EAPIR tiene una ayuda que pedir, bien sea europea o regional, obtiene más puntos por el esfuerzo que supone agruparse y comercializar un producto saliendo al mercado con una gran marca y no como muchas solas.

Actualmente, Oleotoledo tiene en el grupo EAPIR a 26 cooperativas, que con su pertenencia a esta figura reciben la mejor ayuda que puede tener el agricultor y el socio de una cooperativa. Tanto para las reformas necesarias en sus explotaciones como para las ayudas que tengan que pedir a nivel individual.

Por todos estos motivos, auguramos un porvenir espléndido para el aceite de oliva de Castilla-La Mancha, no sólo por su calidad excepcional, sino también porque desde el sector se han hecho las cosas bien. Posiblemente sea el sector que mejor organizado está dentro de nuestra agricultura: no se da un kilo de aceite sin estar pagado antes, lo que no ocurre con el resto de productos. 

Interesa que el precio sea justo y rentable al agricultor, pero a la vez que no sea caro para el consumidor. Estamos en un mercado globalizado en el que el sector no pone nunca los precios, ya que derivan del consumo y de la cantidad que se produce. España estaba exportando no hace mucho tiempo entre 400.000 y 600.000 toneladas y ya hemos pasado del millón.

 

Ahora el aceite de oliva se ha convertido en un regalo de lujo, porque el consumidor lo aprecia. Las grandes superficies de distribución de nuestro país están volviendo a vender aceite de oliva virgen extra como alimento exclusivo de alta gama, que habían dejado un poco abandonado. Los productores aprovechan la oportunidad y envasan en botellas los aceites de principios de campaña. Además, el aceite de oliva, por muy bueno que sea, tiene un precio asequible para poderlo regalar como producto gourmet.

 

Hay un trabajo muy avanzado sobre los beneficios de este alimento en el cáncer de mama y contra las enfermedades cardiovasculares, debido a sus ácidos grasos y componentes antioxidantes. También Investigadores del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo han descubierto que el aceite de oliva, combinado con una proteína de la sangre, reduce el dolor en la lesión medular.

Todos son estímulos para que los consumidores vean en el aceite de oliva un beneficio. Nuestro sector se ha organizado por sí solo. Nos ha costado muchísimo tiempo, pero hoy es un ejemplo a seguir. En este camino seguiremos trabajando con ilusión, humildad y prudencia, asegurando el futuro.