Tal como indica nuestro termómetro económico, las cifras macroeconómicas para Castilla-La Mancha (C-LM) en el segundo trimestre (IIT) de 2020 han quedado, de forma similar que en el final del trimestre anterior, fuertemente condicionadas por los efectos de la pandemia de la Covid-19 y de la situación de confinamiento de la población tras la declaración el estado de alarma que comenzó a mediados de marzo y que ha tenido su punto álgido a lo largo del IIT con medidas muy restrictivas respecto al movimiento de personas en todo el territorio nacional.

La parada de la mayor parte de las actividades económicas ha tenido un impacto negativo sin precedentes en todos los componentes de la oferta y la demanda, mostrando registros no vistos ni tan siquiera en la crisis económica de 2008. Especialmente afectado ha quedado el sector servicios, con actividades como la hostelería, el comercio o el transporte que prácticamente han quedado inactivas durante gran parte de este IIT.

Esta reducción de la actividad (especialmente la no esencial) queda reflejada en C-LM en una caída del PIB a precios de mercado, según datos publicados por AIREF, del 15,1% intertrimestral y del 18,6% interanual, mientras que en el total nacional la caída es algo mayor (según INE); un 18,5% en tasa trimestral y un 22,1% interanual. Obviamente, y tras la entrada en la llamada “nueva normalidad”, las cifras se verán mejoradas, pero estarán muy por debajo de las que tuvimos en las mismas fechas en años anteriores. Como ya se ha visto durante los meses de julio, agosto y septiembre, el número de ERTES sigue siendo muy importante y el notable parón en actividades de gran peso en nuestra economía como el turismo (más atenuado en C-LM por no ser un destino típico, turístico en verano, como pueden ser los de la costa), va a afectar de forma importante al escenario que se mostrará en los próximos dos trimestres.

El pesimismo en la marcha de la economía, que se refleja en la fuerte caída del índice de confianza empresarial, tiene su origen en el alto nivel de incertidumbre existente, basado en el hecho de que las cifras de contagios por Covid-19 en España sigue una senda creciente a fecha de hoy (septiembre de 2020). En este sentido, no parece probable que la recuperación sea un hecho al menos hasta el año 2021 o incluso 2022, según las previsiones que manejan tanto instituciones públicas (por ej., Gobierno de España, Banco de España) como privadas. Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorro), por ejemplo, estima en su última previsión una caída del 13% en el PIB en 2020 para España, mientras que AIREF la sitúa en un 12,4%. También hay un acuerdo generalizado entre los principales servicios de estudios económicos en que el perfil de crecimiento de la actividad seguirá una tendencia de “V” asimétrica, en cuanto a que la caída de actividad de los dos primeros trimestres no será compensada en su totalidad por el repunte que se dará el segundo semestre. Por ejemplo, el Instituto de Estudios Económicos (IEE) señala (siempre que la situación de la pandemia no empeore aún más) que en 2021 habrá una recuperación parcial (aproximadamente un crecimiento del 5,5% del PIB), que dejaría la economía muy lejos de recuperar el terreno perdido en 2020.

De los estudios de previsión desarrollados para C-LM, por ejemplo BBVA Research estimaba a finales de junio que la caída del PIB en la región para 2020 estaría en una horquilla de entre el 6,4% y el 9%, con una mejora en 2021 de entre el 4,1% y el 5,5%, insistiendo en la idea de que la economía de la región será de las que menos se deteriore en 2020, y de que será difícil una vuelta a la situación económica pre-crisis. La institución apoya sus argumentos en cuestiones expuestas en nuestro termómetro económico: mejor desempeño relativo de sectores de actividades esenciales como el agroalimentario (también se incluye el sector público) y servicios de alto valor añadido (profesionales), cifras aceptables de exportaciones, y una menor exposición al turismo que otras comunidades.

Estos estudios, en general, coinciden que las recetas económicas para la recuperación económica, así como para no quedar rezagados frente al resto de países UE (las estimaciones también apuntan a que el deterioro económico de España es de los más acusados de Europa) pasan por un plan de recuperación efectiva que permita reconducir la economía y las finanzas públicas. En este sentido, Funcas señala que es esencial contar con (a) unos Presupuestos Generales para 2021; (b) un plan que permita sacar partido a los 140.000 millones de euros de ayudas y créditos de la UE; y (c) impulsar reformas estructurales que permitan la mejora de la productividad, una apuesta por los mercados exteriores, la educación, la administración pública y la I+D+i.

Este último punto es de los más importantes. Aquí coincido con la profesora Fátima Guadamillas, quien señalaba en el último termómetro económico (IT 2020) la necesidad de impulsar este elemento de mejora de la productividad, de manera que se pudiese apostar por sectores estratégicos con potencial de crecimiento como el logístico o el aeronáutico, la sostenibilidad, la digitalización y la apuesta por las ciudades inteligentes, sin descuidar la mejora tecnológica en aquellos en los que la región destaca más (por ej., agroalimentario), para lo que la formación cobra un sentido esencial.

El análisis pormenorizado de todas las cuestiones referentes a la evolución de la economía castellanomanchega en el IIT de 2020 se encuentra disponible tanto en el termómetro económico como en la web del boletín económico de C-LM (http://beclm.uclm.es/). Esta contiene información pormenorizada sobre la evolución de las cifras macroeconómicas de la región, junto con noticias actualizadas sobre los aspectos más relevantes desde el punto de vista económico, político y social de la Comunidad Autónoma. Mucho ánimo para los próximos meses, ya que la recuperación será dura para la región y el país, y mucha precaución.

El equipo del termómetro económico de Castilla-La Mancha.