Oportunidades y retos de futuro de las energías renovables
La participación en los sistemas eléctricos de centrales de energía basadas en fuente de energía renovable se ha incrementado de forma imparable en los últimos años. España ha sido uno de los países que ha liderado el despegue de este tipo de generación procedente de fuentes de energía a nivel mundial. Este tipo de generación es también conocida como distribuida, al estar localizada en múltiples puntos de generación de potencia unitaria no muy elevada. Este aspecto hace que este tipo de generación esté repartida por el territorio proporcionando un recurso energético abundante. Este es el caso del recurso eólico y el solar, fuentes de energía de las centrales eólicas y solares (fotovoltaica y termoeléctrica), y también del hidráulico, con las centrales del mismo nombre, aunque estas últimas han estado presentes en los sistemas eléctricos desde sus inicios.
El desarrollo de este tipo de generación, conocida también como alternativa, ha supuesto en primer lugar un conjunto de retos científicos y tecnológicos, relacionados con la madurez tecnológica. Por ejemplo, aerogeneradores, para tierra y mar, de potencia unitaria que se supera año a año con nuevos modelos. Pero también la bajada continua del coste nivelado de la electricidad (LCOE) para este tipo de centrales (especialmente en la eólica, terrestre y marina, y la solar fotovoltaica) hace que la mayor parte de las nuevas centrales eléctricas que se construyen en el mundo sean de fuentes de energía renovable. La inversión en I+D ha sido fundamental, tanto para afrontar los retos tecnológicos relacionados con las tecnologías que sustentan estas centrales, como para la integración de la generación eléctrica variable en los propios sistemas eléctricos. En este aspecto también nuestro país puede considerarse pionero, al parecerse a una isla desde el punto de vista eléctrico, por la débil interconexión con el resto de Europa a través de Francia.
También han sido fundamentales los aspectos legislativos, y relacionados con las políticas, en la evolución de este tipo de tecnologías, de igual forma que ha sido el caso del resto de tecnologías “tradicionales o clásicas” de generación eléctrica. En el caso de Europa, y con España a la cabeza en muchas ocasiones, la apuesta por las energías renovables ha supuesto la creación de empresas, y profesionales, líderes en este sector a nivel mundial. No obstante, y como en todos los casos de madurez de mercado para este tipo de empresas, se evoluciona hacia una concentración de las mismas bajo multinacionales del campo del sector de la energía. También es cierto, que el caso de España es un ejemplo claro de aspectos deficientes en la planificación política de aspectos relacionados con las energías renovables, tanto a nivel de gestión de los incentivos económicos para su promoción o de legislación en general. Al mismo tiempo, debieron estudiarse como incentivar la creación de empresas y centros de trabajos relacionados con este sector de la energía menos vulnerables a una reducción del mercado nacional. Como ejemplo, en el caso de la energía eólica, las fábricas de palas y torres, tienen una fuerte dependencia de los mercados locales, por el coste y las dificultades en el transporte de estos elementos. Aspectos relacionados con la ingeniería del diseño, fabricación de convertidores, o generadores en el caso de la eólica tienen un mercado mundial y no tanta dependencia de los mercados locales o nacionales.
La transición energética, apoyada por la continua disminución de costes anteriormente aludida, hace que las previsiones de instalación de nuevas centrales basadas en fuentes de energía renovable aumenten año tras año a nivel mundial. Aspectos como la irrupción de los vehículos eléctricos están suponiendo una revolución en los sistemas eléctricos, al mismo tiempo que otras tecnologías hace que caminemos hacia las redes inteligentes “smart grids”, al aprovecharse, por ejemplo, la capacidad de almacenamiento de energía de los vehículos eléctricos, con ciclos de carga y descarga para apoyar la operación de los sistemas eléctricos. La transición energética también supone una oportunidad para la creación empleo de calidad, tanto relacionados con la tecnología como con nuevos modelos de negocio, aspectos ambos que requieren de nuevas competencias formativas.
En el caso regional, Castilla-La Mancha está entre las regiones españolas con mayor capacidad instalada en energía eólica, y energía solar, tanto fotovoltaica como termoeléctrica. También es referencia en el ámbito industrial, con algunas empresas de referencia en el sector energético a nivel mundial. También destacan en I+D algunos centros de Investigación, como es el caso del Instituto de Investigación de Energías Renovables de Castilla-La Mancha (IER), que colabora tanto en proyectos de investigación básica, como en otros más experimentales y cercanos a soluciones finales a mercado, junto con una gran cantidad de empresas. La internacionalización como aspecto fundamental anteriormente aludido para el sector se ve reflejada en trabajos conjuntos y colaboración del IER con la Agencia Internacional de la Energía, la Comisión Electrotécnica Internacional, Cigré, o Centros mundiales referentes en I+D como el Centro Nacional de Energías Renovables de EEUU (NREL) o Risø (Dinamarca), entre otros.