Me siento muy honrada de poder participar en este primer número del Termómetro Económico de Castilla-La Mancha que, con carácter trimestral, publicarán la Fundación Caja Rural Castilla-La Mancha y la Universidad de Castilla-La Mancha, en el marco de la cátedra de Competitividad Empresarial.
Se trata de un estudio novedoso y pionero, de carácter divulgativo y dirigido fundamentalmente a empresarios, que nace con la vocación de servir de guía sobre la situación económica de nuestra región. Para ello, cada edición de esta publicación recogerá con detalle los principales indicadores y datos económicos, cuya comparación y análisis, permitirán a emprendedores y empresarios construirse una imagen certera y rigurosa de la realidad económica, social y financiera de Castilla-La Mancha.
En este punto, considero importante destacar que la seriedad y la fiabilidad de este nuevo documento están avalados por las dos entidades que han alumbrado el proyecto y que suman a estos valores, y a su capacidad de vertebrar esta comunidad autónoma, su compromiso con el presente y el futuro de nuestra tierra: Caja Rural Castilla-La Mancha y la Universidad de Castilla-La Mancha.
Estamos, por tanto, ante una herramienta muy útil para inversores de fuera de nuestra comunidad o, incluso, de nuestro país, que buscan información sólida y contrastada de un posible territorio donde implantar su área de negocio.
De igual modo, creo que nos encontramos en un momento muy oportuno para comenzar a difundir esta publicación ya que, después de muchos esfuerzos y gracias al trabajo conjunto de toda la sociedad castellano-manchega, hemos dejado atrás la crisis y hemos puesto rumbo a la recuperación; por lo que existen multitud de datos económicos positivos, capaces de animar a inversores y empresarios a decantarse por Castilla-La Mancha.
En poco más de tres años, esta tierra ha virado su trayectoria para alejarse de la quiebra, la incertidumbre y la intervención a la que se dirigía, de forma inexorable. Hoy, por el contrario, Castilla-La Mancha suma tres años cumpliendo el objetivo de déficit establecido por el Estado: hemos logrado encadenar 16 meses de creación de empleo; contamos con 14.874 personas menos en paro que el pasado año; hemos saldado íntegramente la deuda con los ayuntamientos; somos líderes en exportaciones; hemos pagado más de 4.000 millones de euros a los proveedores de la Junta; y hemos garantizado la prestación de una sanidad, una educación y unos servicios sociales públicos, universales, gratuitos y de calidad.
Este radical cambio en la concepción de lo que significa gestionar el dinero de todos, ha hecho que Castilla-La Mancha vuelva a ser una región que transmite confianza y que proyecta una imagen de solvencia, seriedad y responsabilidad en el ámbito de la administración de los recursos públicos, como así nos han reconocido numerosos organismos e instituciones nacionales e internacionales.
El resultado de todo ello es que, en este momento, esta región representa una opción muy atractiva para la ubicación de proyectos empresariales de toda índole.
Siempre he confiado en el potencial de Castilla-La Mancha, así como en la fortaleza y la determinación de mis paisanos. A pesar de la dureza de la situación que hemos atravesado, y de las medidas impopulares que nos hemos visto obligados a adoptar desde el Gobierno regional, siempre he sabido que entre todos éramos capaces de sacar a Castilla-La Mancha del pozo en el que se hallaba inmersa al principio de la legislatura, en el año 2011.
El camino recorrido no ha sido fácil, y aún nos queda mucho por hacer, pero, sin duda, hoy estamos mejor que hace tres años y, para seguir contribuyendo a la mejoría de nuestra situación económica y a la generación de empleo, debemos aprovechar al máximo las numerosas ventajas con las que contamos para convertir a esta tierra en el principal nodo logístico del país, entre las que destaca nuestra excepcional situación geográfica y la gran extensión de suelo industrial de la que disponemos.
Sobre este extremo, quiero reiterar a los empresarios, a los que va dirigida esta publicación, que pueden informarse de las características del suelo industrial disponible en Castilla-La Mancha a través del Mapa de Suelo Industrial; una herramienta, inédita en España, accesible desde la página web de la Junta de Comunidades y que ofrece 23 millones de metros cuadrados para instalar industrias en más de 100.000 parcelas distribuidas por nuestra comunidad autónoma.
En suma, considero que la recopilación de todos los datos positivos y esperanzadores - y lo más importante, reales y objetivos- que indican que Castilla-La Mancha ha dejado la crisis atrás, en un estudio como éste, puede contribuir a impulsar la generación de riqueza y empleo y a afianzar el cambio en el modelo productivo de nuestra tierra.
Por ello, como presidenta de Castilla-La Mancha me congratulo del nacimiento de iniciativas novedosas, impulsadas por entidades castellano-manchegas de reconocido prestigio, que comparten con el Gobierno regional la ilusión, el objetivo y la determinación de demostrar al mundo la importancia de lo que hemos conseguido, de la valía de nuestra gente y de la gran cantidad de posibilidades que encierra esta región como foco de atracción empresarial.