La innovación en el mundo del automóvil muchas veces nos coge por sorpresa y nos pensamos que hay una gran revolución tecnológica ocurriendo, pero… ¿es realmente esto así?
Bien, analicemos como fueron los principios del automóvil y comparemos con como son hoy día. El primer coche con motor de combustión interna se atribuye a Karl Friedrich Benz en la ciudad de Mannheim en 1886 con el modelo Benz Patent-Motorwagen en 1886. Desde entonces es cierto que se ha ido refinando el diseño, pero la mayoría de automóviles que hay hoy en circulación no son capaces de hacer mucho más que los de aquellos tiempos. Siguen siendo vehículos grandes, con poca movilidad que usamos para ir del punto A al punto B.
A día de hoy, en el mundo hay más de 1.000 millones de coches en funcionamiento y prácticamente el 100% son de combustión interna, es decir, emiten gases tóxicos para poder circular. Pese a que esto es bien sabido en la industria, parece que se está dando un paso al frente, con el automóvil que sustituye el motor convencional por uno eléctrico, pero esto realmente no es así. El primer coche eléctrico se atribuye a Robert Anderson en el año 1839, cuando modificó un carruaje para incorporarle un motor eléctrico consiguiendo que se moviera. Esto me lleva a pensar que, pese a que sepamos que es mejor para el planeta, no apostamos por ello en su momento porque todavía quedaba por explotar un recurso: los combustibles fósiles. Es una industria que lleva dando muchísimo dinero a base de quemar combustible y emitir gases nocivos pese a saber los efectos. Ahora, que advertimos las reservas de combustibles fósiles, la transición hacia el vehículo eléctrico es la gran “novedad”.
Si bien es cierto que suponen una mayoría de ventajas, respecto a su contraparte con motor de combustión, tampoco son lo mejor para el planeta. Un dato muy sorprendente es que en el año 1930 en Estados Unidos un 30% de los automóviles en circulación eran eléctricos y, a día de hoy, debido a los intereses de la industria por explotar cierto recurso, esta cifra se sitúa en 0,2% del total de vehículos.
Por suerte este paradigma poro a poco va cambiando y ayuda a evolucionar a este planeta para convertirse en un lugar mejor donde vivir. Hay marcas como Tesla que poco a poco van luchando por cambiar el paradigma del coche eléctrico, disminuyendo su precio y aumentando su autonomía. En pocos años veremos por fin las baterías del material del futuro, el grafeno, que supuestamente ofrecerá unas grandes propiedades tanto de temperatura, pudiendo hacer más pequeños los sistemas de refrigeración de las baterías, como de autonomía, aumentando así las distancias que podremos recorrer de una sola carga.
Otra tecnología que supone innovación en el sector del automóvil es la IA (Inteligencia Artificial), por ejemplo, el nuevo asistente de voz de Mercedes se vuelve más inteligente cuanto más tiempo pasas en el coche, o los sistemas de seguridad de Volvo que pueden permitir evitar un accidente en un tiempo de récord, por encima del que nuestras capacidades ofrecen. Respecto a los coches autónomos hay distintas opiniones al respecto pero es un tema muy controversial ya que, por ejemplo, en el último accidente que hubo en Estados Unidos de un coche autónomo, donde murió una mujer de 49 años, se demostró, tras investigar cual había sido el proceso del coche para tomar cierta decisión, que la detectó y decidió atropellarla por un error de programación.
Pero pese a los fallos que pueda haber en un principio toda esta tecnología está aquí para hacer del automóvil un medio de transporte más seguro y avanzado.
Yo mismo me he propuesto contribuir al cambio en este sector aportando mi granito de arena. Hace un tiempo inventé DAP (Dispositivo de Aparcamiento en Paralelo), que es un sistema que permite que las ruedas giren 360º en cualquier sentido, permitiendo al vehículo moverse hacia donde plazca sin limitaciones. Esto permitiría aparcamientos en paralelo en una sola maniobra, pero no solo esto, porque sería posible desplazarse en diagonal, permitiendo hacer manobras imposibles a día de hoy, o también girar sobre el propio eje del coche para hacer un cambio de sentido. A día de hoy hago todo lo posible para intentar que alguna marca apueste por esta tecnología y que en un futuro cercano todos nosotros podamos tener un problema menos a la hora de aparcar.